Cuando escuché el audio de este video me quedé perplejo. Ante un mismo audio había personas que escuchaban llevaste la plata de la bicicleta del padrino y otros llevaste la plata del alquiler del padrino.
Pero mi sorpresa no quedó ahí, la persona que me lo mostró me dijo, ahora piensa qué quieres escuchar plata o bicicleta, y efectivamente escuchaba lo que me proponía.
¿Pero cómo es posible?, si las palabras no se parecen en nada.
En este artículo veremos por qué y lo más importante que es por lo que hemos escrito este artículo, el cómo nuestras creencias y expectativas determinan lo que vemos y lo que sentimos.
Este ejemplo que lo viralizó hace unos años en redes Cami Nicoli cuando recibió un audio de su madre.
Se debe al conocido «efecto expectativa«, aunque en internet algunos divulgadores lo atribuyen al «efecto McGurk»
El audio viral en el que algunas personas escuchan «alquiler» mientras que otras escuchan «bicicleta» fue compartido por primera vez por Camila Nicolini en Instagram. Aunque se confirmó que la palabra originalmente pronunciada era «bicicleta», la razón por la que algunas personas escuchan «alquiler» se debe a cómo nuestro cerebro procesa la información auditiva, influenciada por nuestras expectativas y experiencias previas. Este fenómeno se relaciona con la neurociencia de la percepción auditiva y cómo el cerebro interpreta los sonidos basándose en el contexto dado.
Si tus auriculares o altavoces tienen mejores agudos, es más probable que escuches “alquiler”, y si tienen mejores graves, es más probable que escuches “bicicleta”. Incluso podría variar según la posición del parlante o el lugar en que se coloque nuestro oído respecto al parlante, es decir, según si te encontrás más cerca (agudos) o más lejos (graves) de la fuente de audio, o si tienes un oído más joven (agudos) o con menor campo auditivo (graves).
El divulgador y productor musical y reconocido youtuber español Jaime Altozano, publicó hace más tiempo un ejemplo similar donde unas personas oían Pepe y otras María del Carmen según qué tipo de teléfono se usase o si se usaban auriculares.
La diferencia con el anterior que es natural, el efecto fue producido porque se unieron en un mismo archivos uno con el nombre Pepe y otro Mará del Carmen pasando de estéreo a sonido mono.
También otro similar que se unas personas entienden Yanni y otras Laurel donde las frecuencias medias y graves son Laurel y las frecuencias agudas son Yanny. Si tienes un oído muy joven que capta bien las frecuencias agudas, te será más fácil escuchar Yanny y si tienes un oído más mayor en el que ya no tienes tanto espectro hacia arriba seguramente escucharás Laurel.
Estos dos casos se deben a la manipulación de los audios, sin embargo el caso de Cami de alquiler vs bicicleta es totatlmente natural debido al «efecto de la percepción».
El Efecto Expectativa o Efecto McGurk
Al ser informado sobre qué palabra podrías escuchar, «bici» o «alquiler», tu cerebro se adelanta, utilizando el contexto y tus experiencias para prepararse y discernir la información auditiva esperada. Este efecto de expectativa, una forma de preparación cognitiva, configura activamente la percepción, haciendo que a menudo oigas lo anticipado más que el mensaje real. Tal anticipación puede incluso distorsionar sonidos normalmente claros, destacando cómo las expectativas y el conocimiento previo moldean nuestra interpretación sensorial.
En internet hay quien atribuye el fenómeno de la bicicleta o alquiler al efecto McGurk. El efecto de expectativa y el efecto McGurk son fenómenos diferentes que involucran la percepción sensorial y las expectativas, pero se manifiestan de distintas maneras:
- Efecto de expectativa: Está basado en cómo las expectativas previas pueden influir en la percepción de un estímulo. Por ejemplo, si esperas escuchar una palabra específica en un audio, es más probable que la percibas, incluso si el sonido es ambiguo o se parece a otra palabra.
- Efecto McGurk: Es un fenómeno específico que demuestra la interacción entre la audición y la visión en la percepción del habla. Ocurre cuando un sonido (como una sílaba hablada) es percibido de una manera diferente debido a una señal visual contradictoria, como ver a una persona mover los labios de otra manera.
La principal diferencia es que el efecto de expectativa está relacionado con las predicciones cognitivas basadas en experiencias previas, mientras que el efecto McGurk es una ilusión multisensorial que involucra la integración de información auditiva y visual.
Qué es el efecto expectativa
El efecto expectativa es un fenómeno psicológico por el cual las expectativas de una persona sobre una situación o un estímulo pueden influir en la percepción y la experiencia de la realidad. Esto significa que lo que anticipamos o creemos que sucederá puede alterar nuestra percepción sensorial y nuestras reacciones emocionales y cognitivas
En esencia, nuestras expectativas previas pueden moldear nuestra interpretación de la información entrante, llevando a veces a experiencias que confirman lo que esperábamos encontrar o sentir.
La influencia del efecto expectativa en la toma de decisiones también es significativa. Las expectativas previas pueden colorear nuestra interpretación de la información nueva, lo que lleva a decisiones sesgadas. Por ejemplo, en el mundo de los negocios, si un inversor espera que una empresa tenga éxito, puede interpretar de manera selectiva la información financiera de manera positiva. Este sesgo de confirmación puede llevar a inversiones basadas más en la creencia que en el análisis objetivo. El efecto expectativa es un poderoso influenciador de la percepción humana y la acción, subrayando la importancia de ser consciente de nuestras expectativas y cómo pueden afectar nuestras experiencias y decisiones.
Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.
Ejemplos del efecto expectativa
El efecto expectativa es un fenómeno psicológico en el que las creencias y expectativas de una persona influyen en la percepción de sus experiencias y pueden afectar su comportamiento y resultados en diferentes ámbitos de la vida. Aquí te amplío los ejemplos que has mencionado:
- Medicina: Además del efecto placebo, que mencionaste, existe también el efecto nocebo, que es lo opuesto. Si una persona cree que un tratamiento le hará daño o no será efectivo, puede experimentar efectos secundarios negativos o una falta de mejora, incluso si el tratamiento es eficaz. Estos efectos pueden ser potentes y afectar los resultados de estudios clínicos y tratamientos médicos.
- Educación: Relacionado con el efecto Pigmalión, también está el efecto Golem, donde si los profesores tienen bajas expectativas de sus estudiantes, estos pueden rendir menos de lo que son capaces debido a la falta de soporte y estímulo. La expectativa del profesor puede influir en cómo se comporta con los estudiantes, el tipo de tareas que les asigna y el feedback que les da, todo lo cual puede afectar el rendimiento del estudiante.
- Gastronomía: En este ámbito, el efecto expectativa no solo se limita a la presentación de los platos. Por ejemplo, el nombre de un plato o la descripción en el menú también puede elevar las expectativas y alterar la percepción del sabor. Incluso el ambiente del restaurante, como su decoración y la música, puede predisponer a los comensales a disfrutar más de su comida.
- Deporte: Las expectativas pueden influir en el rendimiento deportivo más allá de la motivación personal. Por ejemplo, el apoyo de los espectadores puede mejorar el rendimiento de los atletas, un fenómeno conocido como «ventaja de local». Además, las expectativas de un entrenador pueden afectar la confianza de un atleta y, por ende, su rendimiento. Los atletas también pueden verse afectados por sus propias expectativas basadas en su entrenamiento previo y su estado físico y mental antes del evento.
El efecto expectativa es un claro ejemplo de cómo la mente puede influir en la realidad física y tangible, y cómo nuestras creencias y actitudes pueden tener consecuencias reales en diversas áreas de nuestra vida.
Importancia del efecto expectativa
El efecto expectativa juega un papel fundamental en nuestra vida cotidiana, afectando nuestra percepción y comportamiento de diversas maneras:
Influencia en la Percepción: Las expectativas pueden moldear nuestra realidad sensorial. Por ejemplo, si esperamos que una bebida sea amarga, nuestra experiencia gustativa se inclinará hacia esa expectativa, incluso si la bebida no es tan amarga. Este fenómeno se observa en estudios donde la misma solución puede ser percibida de manera diferente por distintos individuos basándose en lo que se les ha dicho sobre ella.
Comportamiento: Las expectativas pueden actuar como profecías autocumplidas. En un entorno laboral, si un empleado cree que su proyecto será un éxito, es probable que trabaje con más entusiasmo y dedicación, aumentando las posibilidades de un resultado exitoso. Esto se aplica también a los deportes, donde la confianza de un atleta en su capacidad puede influir positivamente en su desempeño.
Interacciones Sociales: Las expectativas pueden influir significativamente en la dinámica de las relaciones interpersonales. En la educación, el efecto Pigmalión demuestra que las altas expectativas de un profesor pueden mejorar el rendimiento de los estudiantes. Inversamente, bajas expectativas pueden limitar el potencial de una persona.
4. Toma de Decisiones: Las expectativas afectan nuestras decisiones al sesgar nuestra interpretación de la información y las situaciones. Por ejemplo, en el ámbito jurídico, si un jurado espera que alguien con un cierto perfil sea culpable, pueden interpretar la evidencia de una manera que confirme ese prejuicio, lo que afecta la imparcialidad del proceso.
5. Salud y Bienestar: Las expectativas tienen un impacto profundo en la salud mental y física. Un ejemplo claro es el efecto placebo en medicina, donde la creencia en la efectividad de un tratamiento puede desencadenar una respuesta de sanación en el cuerpo, incluso si el tratamiento carece de ingredientes activos. Por otro lado, las expectativas negativas pueden llevar a un deterioro de la salud, como se ve en el efecto nocebo.
Las expectativas forman un componente invisible pero poderoso que moldea nuestras experiencias de vida, nuestras interacciones con los demás y los resultados de nuestras acciones. Reconocer y entender este efecto puede ser clave para mejorar la calidad de vida, optimizar el comportamiento y tomar decisiones más informadas y justas.
Creencias limitantes y prejuicios
El efecto expectativa, las creencias limitantes y los prejuicios están estrechamente interconectados en la psicología humana, influyendo en cómo percibimos y reaccionamos al mundo que nos rodea.
Efecto Expectativa y Percepción: El efecto expectativa puede sesgar nuestra percepción de la realidad de tal manera que tendemos a filtrar la información que confirma nuestras creencias preexistentes y a ignorar o desvalorizar la que las contradice. Esto sucede debido a un fenómeno conocido como «sesgo de confirmación». Por ejemplo, si esperamos que una experiencia sea negativa, es probable que percibamos los eventos de manera más negativa, independientemente de su naturaleza objetiva.
Creencias Limitantes: Son aquellas convicciones que tenemos sobre nosotros mismos, los demás o el mundo que nos limitan de alguna manera. Estas creencias actúan como filtros a través de los cuales interpretamos nuestras experiencias y moldeamos nuestras expectativas. Por ejemplo, si alguien cree que «nunca es bueno en deportes», esa creencia limitante puede influir en su expectativa de rendimiento y, como resultado, realmente rendir menos en actividades deportivas, independientemente de su capacidad real.
Prejuicios: Son juicios preconcebidos hacia personas, grupos o situaciones. Los prejuicios pueden derivarse de estereotipos, experiencias pasadas o socialización. Estos juicios pueden llevar a expectativas negativas o positivas que no están basadas en evidencia real. Por ejemplo, si tenemos un prejuicio contra un grupo de personas, podemos esperar que actúen de cierta manera y, consciente o inconscientemente, interpretar sus acciones para que se ajusten a nuestras expectativas prejuiciadas.
La interacción entre estos elementos puede crear un ciclo reforzado: las expectativas basadas en creencias limitantes o prejuicios pueden influir en la percepción y el comportamiento, y las experiencias percibidas a través de este filtro pueden a su vez reforzar las creencias y prejuicios originales. Este ciclo puede ser difícil de romper y puede requerir un esfuerzo consciente para desafiar y cambiar las creencias limitantes y los prejuicios, a fin de desarrollar una percepción más precisa y menos sesgada de la realidad
Vemos el mundo según nuestros patrones mentales
En el vasto océano de la realidad, flotan islas de percepción únicas para cada individuo. Nuestros patrones mentales actúan como lentes a través de los cuales vemos el mundo; no son meros filtros pasivos, sino herramientas activas que dan forma a nuestra experiencia. La interpretación de nuestra vida y las acciones que emprendemos están inextricablemente ligadas a estas estructuras mentales. Este artículo explora cómo nuestros patrones mentales configuran nuestra visión del mundo y, a su vez, cómo esa visión determina la vida que llevamos.
El Poder de la Percepción: El célebre adagio, «La belleza está en el ojo del observador», encapsula la idea de que la percepción es subjetiva. Lo que vemos no es una realidad objetiva, sino una interpretación creada por el cerebro. Nuestros patrones mentales están tejidos por nuestras creencias, experiencias previas, cultura, y educación. Estas estructuras son tan poderosas que pueden distorsionar nuestras experiencias sensoriales directas, como se demuestra en el fenómeno del efecto expectativa.
La Profecía Autocumplida: Nuestras expectativas tienen una fuerza profética. Si un estudiante es etiquetado como «sobresaliente», tanto el estudiante como los profesores pueden actuar de maneras que hagan realidad esa etiqueta. De manera similar, si esperamos fracasar, podemos sabotearnos inconscientemente para cumplir con esa predicción. Estos patrones mentales pueden convertirse en profecías autocumplidas, perpetuando un ciclo de creencias y resultados que se refuerzan mutuamente.
Creencias Limitantes y Prejuicios: Las creencias limitantes son convicciones que nos restringen, dictando «lo que es» y «lo que puede ser». Los prejuicios, por otro lado, son juicios previos sobre personas o situaciones que sesgan nuestra interpretación y reacción. Ambos son patrones mentales que estrechan nuestra visión del mundo y pueden impedirnos ver oportunidades y verdades más amplias.
Rompiendo Barreras Mentales: Para ver el mundo de manera diferente, debemos primero reconocer y luego desafiar nuestros patrones mentales. Esto puede lograrse a través de la introspección, la educación y la exposición a nuevas experiencias. La terapia y el coaching son herramientas poderosas en este proceso, ayudando a las personas a desenterrar y remodelar patrones mentales que no sirven a su bienestar o a sus objetivos.
La realidad es tan maleable como la mente que la percibe. Al comprender y ajustar nuestros patrones mentales, podemos cambiar no solo nuestra interpretación del mundo sino también la forma en que vivimos en él. Este no es un proceso sencillo ni rápido, pero es un viaje que puede llevarnos de una existencia restringida a una vida llena de posibilidades. Al final, la mente no es solo una ventana a la realidad, sino también el artista que la pinta. Y cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar la pintura.
Necesidad de hacer coaching para conseguir objetivos y superar problemas
El efecto expectativa, las creencias limitantes y los prejuicios están estrechamente interconectados en la psicología humana, influyendo en cómo percibimos y reaccionamos al mundo que nos rodea.
Sin embargo, este proceso a menudo sucede sin nuestro conocimiento consciente, lo que nos deja a merced de patrones de pensamiento arraigados y creencias no examinadas que pueden limitar nuestro potencial y calidad de vida. Aquí es donde la figura del coach adquiere una importancia trascendental. Un coach no es simplemente un consejero, sino un facilitador de consciencia, un catalizador de cambio que te ayuda a identificar y desmantelar las barreras invisibles que te han mantenido en un estado de estancamiento o insatisfacción.
La necesidad de un coaching eficaz en la vida contemporánea no puede ser subestimada. Estamos navegando en una era de sobrecarga de información, donde la complejidad de las opciones y la presión para «hacerlo todo» puede ser abrumadora. Un coach te proporciona las herramientas necesarias para filtrar el ruido, centrarte en lo que es verdaderamente importante y tomar decisiones alineadas con tus valores y metas auténticas.
Más allá de la toma de decisiones, un coach te reta a elevar tu perspectiva. A través de técnicas probadas y una indagación profunda, te asisten en el rediseño de tu mapa mental, ampliando los límites de lo que creías posible. Este proceso de expansión mental no solo transforma tu visión del mundo, sino que también reformula tu interacción con él, permitiéndote actuar desde un lugar de mayor poder y propósito.
Este es el corazón del coaching: no se trata simplemente de mejorar la productividad o lograr objetivos específicos, aunque esos son resultados valiosos. Se trata de una transformación integral que comienza con la forma en que interpretamos nuestra realidad. Al cambiar nuestras interpretaciones, cambiamos nuestras acciones, y al cambiar nuestras acciones, cambiamos nuestro mundo.
La inversión en un coach es, por tanto, una inversión en la versión más auténtica y capaz de uno mismo. Es reconocer que hay un espacio entre donde estás y donde deseas estar que solo puede ser atravesado con una mayor consciencia y una perspectiva elevada. En última instancia, es una invitación a vivir no solo una vida ordinaria, sino una extraordinaria, donde el potencial humano se realiza plenamente.
