El primer paso para cambiar la percepción. La plegaria de la serenidad
La percepción de la vida, de nuestras capacidades y de nuestro entorno, es decir las causas de estrés y de ansiedad, aunque no lo crea, se pueden cambiar. Es decir que podemos cambiar la forma en que “vemos” las circunstancias y por tanto rebajar considerablemente la generación de estrés y ansiedad que surjan por ellas, llegar a que no nos afecten o llegar a eliminarlas de nuestra vida. Todo depende de cuánto trabajemos en el crecimiento personal y si queremos eliminarlas, en el crecimiento espiritual.
El proceso de cambio de percepción de las circunstancias es un proceso lento, pues hay que cambiar las creencias, patrones mentales o “programas mentales” que tenemos almacenados basados en nuestra historia y que nunca hemos analizado. No sólo en las capas superficiales del subconsciente como las creencias, sino que tenemos que llegar a modificar los valores, identidad y transpersonal.
A medida que avances por las páginas de este libro, experimentarás una transformación sutil pero profunda en cómo te ves a ti mismo, cómo enfrentas la incertidumbre del futuro y cómo interactúas con tu entorno. Te embarcarás en un viaje de cambio, cuestionando y reconfigurando tus creencias arraigadas y los programas mentales que han moldeado tu vida hasta ahora, aquellos que son fuente de tu estrés y ansiedad y que contribuyen a tu sufrimiento. Este proceso no solo te permitirá manejar estas emociones de manera más efectiva, sino que también abre la posibilidad de eliminarlas por completo de tu experiencia.
Pero como dije al principio del libro, esto no ocurrirá por leer el método Evoluziona, sino ocurrirá porque durante los siguientes años vayas trabajando en tu autoconocimiento y crecimiento personal usando el libro como guía para llegar a eliminar el estrés y ansiedad de tu vida.
A lo largo de este libro, gradualmente construirás y fortalecerás nuevos patrones de pensamiento. Estos nuevos esquemas no solo reducirán la intensidad con la que las circunstancias externas afectan tu estado de ánimo y bienestar emocional, sino que también te dotarán de estrategias efectivas para lidiar con el estrés y la ansiedad.
Al final de este recorrido, sabrás como adquirir las herramientas necesarias para liberarte del sufrimiento que estas emociones pueden provocar, marcando el inicio de una vida más plena, serena y siendo más feliz.
En el nivel del método Evoluziona el que te encuentras, para transformar cómo percibes tus circunstancias y tu habilidad para reducir el estrés y la ansiedad, es fundamental que interiorices en tu subconsciente la Plegaria de la Serenidad (independientemente de tus creencias religiosas, más adelante proporcionaré una versión adaptada para aquellos no creyentes).
La Plegaria de la Serenidad es una oración muy conocida y utilizada, especialmente usada en programas de recuperación de adicciones como Alcohólicos Anónimos (AA) en Estados Unidos. La AA usa la plegaria para ayudar a los participantes en los programas de rehabilitación a encontrar la paz y la fortaleza para lidiar con su adicción.
La oración encapsula varios principios fundamentales de estos programas que están profundamente ligados al estrés y la ansiedad:
- la aceptación de las cosas que no se pueden cambiar (como la existencia de una adicción)
- el coraje para cambiar aquello que está en manos del individuo cambiar (como sus comportamientos y actitudes)
- la sabiduría para distinguir entre estas dos realidades.
La Plegaria de la Serenidad fue escrita por el teólogo estadounidense Reinhold Niebuhr en la década de 1930. Originalmente, la oración era más larga, pero la versión corta que usaremos es la más conocida y ampliamente utilizada.
La versión más conocida de la oración es la siguiente:
«Dios concédeme SERENIDAD para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
VALOR para cambiar aquellas que puedo, y SABIDURÍA para reconocer la diferencia»
Si la palabra Dios no va con tus creencias adapta la oración a algo que resuene contigo como por ejemplo cambiando la palabra Dios por Conciencia, Universo, Naturaleza, Vida, Energía, Espíritu, Fuente, Unidad, etc
Si eres ateo o un agnóstico que no conecta con ninguna palabra que sustituya a Dios, puedes usar la versión Evoluziona de la plegaria de la serenidad:
«Que la CALMA me guíe para aceptar los aspectos de la vida que no puedo cambiar, La DETERNINACIÓN para transformar aquellos que sí puedo, y la INGELIGENCIA para distinguir el uno del otro»
Aprendizajes de la plegaria de la serenidad
La plegaria de la serenidad, ampliamente reconocida por su uso en programas de recuperación como Alcohólicos Anónimos, ofrece una profunda sabiduría que puede aplicarse más allá del ámbito de la adicción, especialmente en el contexto de la gestión del estrés y la ansiedad..»
En el marco del manejo del estrés y la ansiedad, esta plegaria encapsula tres principios esenciales para la salud mental y el bienestar emocional:
- Aceptación: Al reconocer y aceptar que hay situaciones fuera de nuestro control, podemos liberarnos de la carga de tratar de manejar lo inmanejable. Esta aceptación nos permite reducir los niveles de estrés y ansiedad al no invertir energía emocional en intentar cambiar lo inmutable.
- Acción: Al mismo tiempo, la oración nos motiva a identificar y actuar sobre lo que está en nuestra capacidad de cambiar. Esto implica tomar la responsabilidad de nuestra propia vida y comportamiento, promoviendo una sensación de empoderamiento y reduciendo la sensación de impotencia que a menudo acompaña a la ansiedad y el estrés.
- Discernimiento: La sabiduría para reconocer la diferencia entre lo que podemos y no podemos cambiar es crucial. Este discernimiento nos ayuda a enfocar nuestra energía y esfuerzos de manera más efectiva, evitando el desgaste emocional y psicológico que resulta de enfrentar obstáculos insuperables o de no actuar ante los desafíos modificables.
La integración de estos tres principios no solo facilita una manera más saludable de lidiar con el estrés y la ansiedad, sino que también promueve un crecimiento personal y un desarrollo espiritual más profundo. La plegaria de la serenidad, en su esencia, ofrece un marco para vivir con mayor paz interior, resiliencia y una perspectiva equilibrada ante los retos de la vida.
Aceptación de la situación
La aceptación de nuestro entorno y sobre todo de nosotros mismos y nuestras limitaciones nos llevará tiempo en conseguirla. La iremos trabajando poco a poco a lo largo de este libro desde distintos enfoques. En este momento lo que tenemos que intentar es aceptar nuestra situación y no resignarnos o lamentarnos por ello. En el próximo apartado veremos la diferencia entre aceptación y resignación.
Nuestra situación vital, sea la que sea, aunque sea muy compleja y no nos guste, es la que es y estamos metidos en ella dando igual las circunstancias que nos hayan llevado a estar en esa situación. Las causas que nos han llevado a la situación que vivimos, no son importantes, pues son parte del pasado y no lo podemos cambiar. Por muchas vueltas que le demos al pasado, este no cambiará y solo nos producirá una rumiación mental que nos hará sufrir durante el tiempo que tengamos apego al pasado y con la intensidad en que rechacemos o no aceptemos que las cosas fueron como fueron.
Ahora estamos en la situación que estamos, en las circunstancias que estamos, lo que toca es mirarlas como un reto y superarlas como seguro que hemos hecho en el pasado en otras situaciones.
La capacidad de aceptar nuestra realidad, incluidas nuestras limitaciones personales, es una habilidad que desarrollaremos gradualmente a lo largo de este libro, examinándola desde múltiples perspectivas. En este momento, el objetivo principal es aceptar nuestra situación actual sin caer en la resignación o el lamento. Exploraremos más a fondo la distinción entre aceptación y resignación en la siguiente sección.
Independientemente de lo compleja o desagradable que pueda ser nuestra situación actual, es la realidad en la que nos encontramos, y las circunstancias que nos llevaron hasta aquí, aunque fuera por nuestra responsabilidad, son ahora parte de nuestro pasado. Repasar constantemente estas causas solo sirve para mantenernos atados a un ciclo de rumiación que intensifica el sufrimiento provocado por el estrés y ansiedad, mientras nos resistamos a aceptar los eventos tal y como ocurrieron.
Enfrentarnos a nuestra situación actual significa verla como un desafío a superar, algo que, con certeza, ya hemos logrado en otras circunstancias en el pasado. Imaginemos, por ejemplo, que durante un proyecto importante en el trabajo, a pesar de nuestros mejores esfuerzos y la calidad de nuestra contribución, nuestro jefe decide arbitrariamente desacreditar nuestro trabajo, lo que resulta en una evaluación negativa que impacta nuestra carrera y reputación. Podríamos, justificadamente, sentirnos víctimas de una gran injusticia, lamentándonos con nuestros compañeros y amigos y obsesionándonos con la idea de buscar reparación, quizás incluso considerando acciones legales contra nuestro empleador por discriminación o maltrato.
Sin embargo, la mejor opción de tomar la situación es aceptar la realidad de la situación, por injusta que sea, reconociendo que no podemos cambiar lo ocurrido. Este enfoque nos permite desplazar nuestra atención del agravio pasado hacia las posibilidades futuras, preguntándonos:
“Dado lo que ha sucedido, ¿qué acciones podemos tomar ahora y qué camino queremos elegir para avanzar?”.
Este cambio de perspectiva cambia radicalmente nuestra visión de las circunstancias, pues dejamos de mirar al pasado a mirar proactivamente al futuro. Si miramos al pasado buscaremos culpables, justificaciones o rumiaremos sobre lo acontecido que con seguridad nos provocarán altos niveles de estrés y ansiedad.
Sin embargo al cambiar la mirada al futuro, aceptando la situación, nos cambia totalmente nuestro estado de ánimo, la forma en que vemos la situación y nos prepara para realizar las acciones que creamos necesarias para cambiar la situación. Y en el camino nos encontraremos nuevas oportunidades a pesar de los obstáculos.
Valor para cambiar lo que soy capaz de cambiar
Una vez hemos aceptado la situación tal cual es, sin quererla cambiar en el momento presente, sin juzgarla, sin rechazarla y sin resistirnos, la situación no nos puede generar ni estrés ni ansiedad, pues no existe rechazo.
Esto no significa que estemos conformes con la situación o que nos guste, implica que en el presente somos conscientes no podemos hacer nada por cambiarla porque viene generada por variables han ocurrido en el pasado y el pasado no se puede cambiar.
En cualquier situación que nos enfrentemos en nuestra vida hay una multitud de variables que la moldean y que la dirigen, muchas más de las que podamos pensar.
Estas variables son de tres tipos:
- Las que conocemos y podemos actuar sobre ellas, es decir tenemos cierto control o podemos influir en ellas. Se llama zona de influencia.
- Las que conocemos y aunque no nos guste, no podemos influir sobre ellas. Se llama zona de aceptación.
- Las que no somos conscientes y por tanto no podemos actuar sobre ellas. Éstas son mucho más grandes de las que uno se pueda pensar. La mayoría estarán en la zona de aceptación, pero otras en la zona de influencia. Se llama zona de descubrimiento.
Más adelante veremos en profundidad las tres zonas en el apartado de zona de influencia. Ahora lo importante es que tomemos consciencia de que hay tres tipos de variables.
En la única sobre la que podemos trabajar y debemos enfocar nuestros esfuerzos porque es la única en la que podemos actuar y la única que cambiará la situación, es en la zona de influencia. Es la única zona en la que tenemos cierto control y posibilidad de acción, que tengamos conocimiento de sus variables.
Esta zona de influencia, como veremos más adelante, se puede ampliar viendo nuestra situación desde distintos ángulos, cuestionando nuestras creencias limitantes y elevando nuestra visión de la situación. Esto es precisamente lo que hacemos como coaches para que nuestros clientes consigan alcanzar sus objetivos y superar sus obstáculos.
Debemos poner nuestra atención y energías en lo que podamos cambiar o influir, pues es realmente lo único que podemos hacer. Al hacerlo, rebajaremos considerablemente nuestro estrés y ansiedad, pues de alguna forma hemos tomado el control de la situación y tenemos la sensación de estar haciendo algo conscientemente, perdiendo el sentimiento de que ya no estamos a merced de las circunstancias.
Además, según avancemos en superar nuestra situación, el simple hecho de estar enfocados en esta zona y trabajando en sus variables, abrirá nuevos caminos y empezaremos a ver qué cosas son más importantes y urgentes y podremos planificar nuestro tiempo y nuestras energías.
Sin embargo, como suelen hacer muchas personas, si nos enfocamos en las cosas que no podemos cambiar porque están fuera de nuestra zona de influencia o rechazamos no podemos hacer nada en las variables de esta zona, lo único que haremos es desperdiciar nuestras fuerzas y energías sin que cambie nada la situación. Esto nos llevará a aumentar el estrés, la ansiedad y nos posicionará en una actitud negativa y victimista.
Es en esta zona donde no podemos actuar la que se llama la zona de aceptación, pues lo único que podemos y debemos hacer es aceptar que no tenemos control o influencia en sus variables. Debemos aceptar la situación, que es muy diferente a resignarnos con ella, como veremos a continuación. La aceptación es proactividad y la resignación es inactividad, negatividad y sufrimiento.
El que aceptemos lo que no podemos cambiar no significa nos guste, o nos resignemos, significa que tenemos el suficiente crecimiento personal para actuar sólo sobre las palancas de cambio de la situación actual que podemos influir sobre ellas con la intención de cambiar las circunstancias en el futuro, cambiaremos radicalmente nuestro estado mental y emocional.
Además conseguiremos el cambio más rápido, de forma más eficiente, con mejores resultados, minimizando el estrés y ansiedad, con el simple hecho de cambiar la perspectiva a
“Ahora, con lo que ha pasado, ¿qué puedo y quiero hacer?”
Al ver las situaciones así, ocurren varias cosas maravillosas:
- Reducimos considerablemente el estrés y la ansiedad
- Dejamos de ser víctimas de las circunstancias y tomamos las riendas de nuestra vida.
- Tenemos un estado mental proactivo y más calmado, con lo cual encontraremos más y mejores opciones.
- Enfocamos nuestras energías en cambiar lo que podemos cambiar y no dándonos golpes contra la cabeza intentando cambiar algo que no podemos que sólo nos producirá frustración, sufrimiento y un estado de ánimo negativo.
- Ampliamos nuestra zona de influencia (lo veremos en el siguiente apartado).
El querer cambiar circunstancias complejas probablemente nos haga superar nuestras creencias limitantes, afrontar nuestros miedos, hacer cosas nuevas, lanzarnos a la incertidumbre, aceptar la falta de control, etc. Es decir, que saber lo que podemos cambiar no significa que sea un camino de rosas. Significa que tomamos consciencia de la situación, qué podemos hacer y en función de eso decidimos actuar.
Si realizamos una autoindagación, con seguridad nos hará salir de nuestra zona de confort para conseguir los objetivos que nos marquemos. Salir de la zona de confort nos dará miedo, nos provocará incertidumbre o incluso vértigo, pero eso tiene dos consecuencias maravillosas.
La primera es que crecemos y aprendemos simplemente por el hecho de salir de la zona de confort y trabajar por solucionar nuestra situación de forma proactiva venciendo nuestras creencias limitantes y miedos con independencia de los resultados que obtengamos de nuestros esfuerzos.
La segunda es que en el proceso la perspectiva que tenemos del problema probablemente cambie, desde que deje de ser un problema en sí, a verlo como obstáculo o reto a superar, que nos abrirá nuevos caminos en la vida.
Sabiduría para entender la diferencia
Frecuentemente, nos encontramos atrapados en la parálisis por análisis, incapaces de discernir entre múltiples caminos debido a nuestras creencias limitantes. Estas creencias nos ciegan, impidiéndonos apreciar la amplitud del panorama porque estamos demasiado concentrados en los detalles minúsculos, centrados en los árboles que nos ocultan la visión del bosque, y el temor a equivocarnos en nuestras elecciones nos paraliza.
En este nivel, no ahondaremos en profundidades sobre la sabiduría necesaria para distinguir entre lo que podemos cambiar y lo que está más allá de nuestro control. A medida que progresemos a través de este libro y sus ejercicios, iremos desarrollando naturalmente esa habilidad. Sin embargo, es fundamental entender la importancia de tomar decisiones, y comenzar a afrontar los desafíos de frente aunque nos falte información o no lo tengamos claro.
No importa si estas decisiones resultan ser correctas o erróneas, o si nos conducen a resultados inmediatamente favorables o no. Lo esencial es que las tomemos con plena conciencia y estemos dispuestos a aprender de cada experiencia. Esta actitud es comparable a la forma en que se enseña un nuevo idioma: se anima a los estudiantes a comenzar a hablar desde el principio, incluso con errores y tropiezos, porque es este acto de intentar y equivocarse el que impulsa el aprendizaje de manera significativa.
Así, adoptar una postura activa frente a la vida, tomar decisiones y aprender de ellas, es el primer paso hacia el cultivo de una sabiduría práctica que nos permitirá caminar por las complejidades de la vida con mayor agilidad, flexibilidad y confianza.
Atrévanse a tomar decisiones, como quien intenta pronunciar nuevas palabras en un idioma desconocido, y verán cómo, poco a poco, adquieren la fluidez para entender y actuar dentro de este mundo lleno de posibilidades que es la vida. No tengan miedo a equivocarse. Equivocarse es humano, y si lo hacemos con consciencia siempre nos lleva al menos a un aprendizaje y un crecimiento personal. Es más, en circunstancias complejas vistas a corto plazo, lo que en el momento consideramos equivocación, con el tiempo vemos que abrió puertas a caminos importantes en nuestra vida que si no no se hubieran abierto. Si se equivocan, no se castiguen, no se fustiguen, acéptenlo, aprendan de la experiencia y en el momento y con el tiempo, observen con perspectiva si esa equivocación pudo abrir nuevas posibilidades en su vida, aunque no sean relacionadas con la situación compleja que están tratando de solucionar.
Atrévete a tomar decisiones, como quien intenta pronunciar nuevas palabras en un idioma desconocido, y verás cómo, poco a poco, adquieres la fluidez para entender mejor las complejidades de la vida y descubrirás un mundo lleno de posibilidades que de otra forma no serías capaz de identificar.
No tengas miedo a equivocarte. Equivocarse es humano, y si lo hacemos con consciencia siempre nos lleva al menos a un aprendizaje y un crecimiento personal. Es más, en circunstancias complejas vistas a corto plazo, lo que en el momento consideramos equivocación, con el tiempo vemos que abrió puertas a caminos importantes en nuestra vida que si no no se hubieran abierto.
Si tienes intuición de ir por un camino y tu pensamiento racional te dice ir por otro, sigue tu intuición, sigue tu corazón, pues como veremos en el nivel C2, la intuición es un sistema de cognición más elevado que el raciocinio.
Si te equivocas, no te castigues, no te fustigues, acéptalo como proceso de aprendizaje, aprende de la experiencia. De las equivocaciones de decisiones conscientes uno siempre saca al menos aprendizaje y con mucha frecuencia desarrolla habilidades como la flexibilidad, resiliencia, pérdida de miedo al futuro y la incertidumbre, etc.
También ten en cuenta que como verás en los ejercicios de la línea de la vida del próximo nivel que es muy frecuente ver momentos y decisiones de la vida como malos, pero con la perspectiva del tiempo puede que hayan abierto nuevas posibilidades de forma que en el futuro los consideramos como buenos o como una bendición. Es decir, no etiquetes las decisiones en el corto plazo, pues no sabes qué traerán como podrás ver claramente en la metáfora del “granjero sabio y los caballos” del nivel C1.